Todo lo que necesitas saber sobre este delicado tema
Aquí encontrarás información, consejos y datos respecto a algunos de los temas más delicados como las adicciones a las drogas, alcohol, apuestas online o las nuevas tecnologías, entre otros.
El consumo de cannabis multiplica el riesgo de desarrollar una psicosis. Por su parte, el consumo es más frecuente entre los jóvenes con problemas de salud mental.
Un estudio que analiza el patrón de consumo de drogas en los jóvenes a nivel nacional es el ESTUDES (PNSD 2018) que se realiza cada dos años entre jóvenes de 14 a 18 años, estudiantes de secundaria de todo el ámbito nacional.
La droga más utilizada es el alcohol, con una prevalencia del 76% del consumo en el último año, con leve descenso respecto a los últimos 4 años. La edad de inicio de consumo se ubica en los 15 años. No existen diferencias por sexo en las edades de inicio de consumo.
El patrón de consumo de beber hasta hartarse (binge drinking) aumenta con la edad y lo practican más las chicas que los chicos. El consumo de cannabis y de tabaco se ha incrementado y su edad de inicio está en los 15 años, tanto para los jóvenes como para las chicas.
El consumo de todas las drogas ilegales está más extendido entre los hombres y el consumo de las drogas legales como el tabaco y el alcohol está más extendido entre las mujeres.
Se confirma la tendencia descendente iniciada en 2010 para todas las drogas, salvo alcohol y cocaína. El grupo de edad entre 14 y 17 años, a los que por ley no se les puede vender, afirma que lo consiguen por sí mismos en el 35% de los casos.
La droga que se percibe cuanto más disponible es el cannabis, cuyo 65% opina que es fácil o muy fácil adquirirlo.
Si se analiza el consumo de drogas entre los 14 y 18 años en relación al ocio, se aprecia que el consumo se incrementa si las salidas nocturnas son frecuentes y la hora de regreso a casa se retrasa en la madrugada.
A menudo el consumo de alcohol y drogas se realiza en grupo y en ambientes de fiesta. Puede ayudar a desinhibirse y socializarse, pero conviene no abandonarse a un consumo no deseado por la presión social. La decisión sobre el consumo debe ser individual, personal e intransferible.
Las adicciones tecnológicas o ciberadicciones destacan por la respuesta rápida, las recompensas inmediatas o la interactividad que ofrece Internet.
Son unos componentes muy atractivos porque las personas incrementan progresiva e intensivamente el uso de la tecnología, lo que aumenta el riesgo de generar una conducta adictiva. En el caso de la población adolescente, existen características que la hacen más vulnerable: facilitan una identidad falsa, permiten una conexión social con el grupo de iguales, ofrecen un mundo irreal donde evadirse de los problemas…
Los peligros y prácticas no saludables son
• Obsesión por pertenecer al grupo del adolescente le puede llevar a mostrar una vida que no es real para satisfacer su necesidad de aceptación y aprobación.
• Huella digital negativa
• Exposición a contenidos violentos que les llevan a legitimar la violencia como forma de resolver los conflictos
• Prácticas de riesgo que incitan a la autolesión
• Adicción al móvil
• Adicción a los videojuegos
• Gambling o apuestas online
• Exposición a contenidos sexuales o pornorización
En cuanto a los videojuegos, se han convertido en un estilo de vida para muchos jóvenes, porque hay partidas que duran toda la noche, campeonatos, torneos… Recuerda que puede convertirse en una adicción cuando se dedican más de 4 horas diarias y se desatienden otras actividades. El motivo del enganche es que las partidas están basadas en la recompensa, lo que lleva a querer jugar y querer pasar más tiempo. El síntoma de la adicción es el estallido de ira frente a la limitación para jugar.
Está claro que no todos los videojuegos son negativos por sí. No existe una única manera de jugar y las variables psicosociales de las personas son las que suponen un uso normalizado o una conducta problemática.
La Academia Americana de Pediatría recomienda no sobrepasar las dos horas al día en tiempo total dedicado a estar frente a la pantalla (videojuegos, televisión, PC, etc.).
Se manifiesta por no poder prescindir de este aparato y encontrarse mal si no se tiene acceso. Es una adicción comportamental, con efectos en la salud mental.
El juego patológico (la adicción a los juegos de azar, también conocida como ludopatía), está catalogada por la Asociación Americana de Psiquiatría en su Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales DSM 5 como un trastorno adictivo.
Se caracteriza por la presencia de algunas situaciones como: la incapacidad de controlar el tiempo empleado en jugar, el creciente dinero gastado, el fracaso reiterado en cambiar este comportamiento, la pérdida de relaciones personales, intentos repetidos de recuperar el dinero perdido, ocultación , engaño, etc.
Cuando esto se da, la apuesta deportiva pasa de ser un juego a una adicción, con la dificultad inherente de ser entendida como tal por la familia y hasta por el propio afectado. El jugador es visto como un vicioso, como una mala persona. Se incrementan los problemas que afectan a todo el conjunto familiar. Como ocurre en otras adicciones, el ludópata llega a cometer ilícitos en la búsqueda de recursos para jugar, agravando con ello los problemas ocasionados.
Además, una persona enganchada al juego «vive» para jugar, renegando habitualmente de posturas críticas, reivindicativas, solidarias. Se transforma así en un ciudadano cómodo para los poderes dominantes.
Las dos variantes de apuestas deportivas que han experimentado mayor crecimiento en estos últimos años son el juego online y las casas o salones de apuestas. Ambos obtienen grandes beneficios, puesto que en su mayoría están radicados en paraísos fiscales o países de baja fiscalidad. Los pocos puestos de trabajo que generan son de baja calificación.
La proximidad de la casa de apuestas o del juego online es un elemento determinante que facilita la consolidación de la conducta adictiva. Además, la inmediatez en conocer el resultado y en disponer del premio la incrementa aún más.
¡No te enganches al juego! Busca alternativas deportivas, sociales, culturales y de ocio con las que desarrollarte como persona.
La adicción al juego es un despropósito y genera dolor. Todo para una actividad económica no productiva, innecesaria y altamente tóxica, que como tal no crea riqueza alguna. Se limita exclusivamente a mover dinero. Y en ese juego, siempre pierden los mismos.
Te proponemos algunas ideas que pueden ir bien para dejar los consumos:
¡Puedes empezar en cualquier momento! No es necesario que sea ningún día especial ni hacer procesos previos, pero si te apetece lo puedes hacer: tómate unos días para prepararte o hacerte a la idea, márcate un día específico para empezar y ¡adelante!
Busca a alguien con quien tengas confianza para contarle lo que te vas proponiendo y que te vaya acompañando, con quien puedas compartir los momentos difíciles y también los momentos de satisfacción de las pequeñas y grandes cosas que irás notando.
Evita hacer aquellas cosas que te llevan a consumir o cambiar las pequeñas rutinas que tenías de consumo y hacer por otras.
Mantente atento o atenta (sin obsesionarte) y hazte consciente de las pequeñas mejoras que vas notando en el día a día.
Plantéate objetivos asequibles: hay quien puede realizar grandes cambios en poco tiempo, hay quien necesita más. Es mejor plantearse pequeñas cosas e irlas consiguiendo que querer hacerlo todo de repente y frustrarse.
Procura mantenerte ocupado/da y haz cosas que te generen bienestar (reanuda aficiones, haz ejercicio físico, queda con tus amistades online, etc.). Pone en práctica técnicas de relajación o de otras estrategias para controlar la ansiedad o el estrés.
No te desanimes si te cuesta a ratos o si en algún momento no lo llevas tan bien como quisieras: ¡forma parte del proceso!
Y si crees que durante este tiempo necesitas soporte y orientación busca ayuda profesional.
¡Ánimo con todo y cuídate!